El vínculo es el lazo que nos une a las personas con las que nos relacionamos, el origen etimológico de la palabra es atadura y viene del latín, entonces el vínculo afectivo es lo que nos ata a los demás.

En este punto vamos a analizar la importancia de la calidad del vínculo entre madre e hij@ en el desarrollo psicoemocional de la persona.

La díada materno-infantil

Llamamos díada a esta relación entre la madre y el/la bebé.

La madre lleva dentro al bebé durante nueve meses, han sido una durante todo el embarazo, esto hace que esta relación entre madre e hija/o sea tan especial y tan fuerte tanto si es una relación positiva como negativa.

Se ha investigado sobre ello, Slade y Wissow realizaron un estudio en 2004 en Estados Unidos y llegaron a la conclusión que aún en casos en los que se daban malos tratos el vínculo entre madre e hijo sigue siendo muy fuerte e influyente en el comportamiento psicosocial del niño.

Será esta díada la que le permita a la niña construir su realidad social, la madre es el primer contacto con el exterior, con el mundo social, es decir, existe una relación directa entre este vínculo y la conformación del desarrollo social, no es el único factor que influye también hay que tener en cuenta la herencia y la individualidad de cada uno pero tiene mucho peso en dicho desarrollo.

Con la primera persona que l@s bebés empiezan a comunicarse es con su madre, esta comunicación empieza en el útero, a partir del sexto mes de embarazo el niñ@ intrauterino ya es capaz de oír, de sentir, de experimentar, de aprender,no con la complejidad con la que lo hace un adulto pero ya empieza a forjar sus primeros aprendizajes, comparte con sus madre emociones, es decir, el niño siente las emociones de la madre, de ahí la importancia del bienestar de la embarazada.

Evidentemente hay emociones negativas a lo largo de la vida que no se le pueden evitar al bebé intrauterino pero dichas emociones no son nocivas, lo que es perjudicial son los patrones de sentimiento profundo y constantes.

Los primeros juegos que se dan entre ell@s son ejercicios prelingüísticos que a lo largo del tiempo irán evolucionando hacia el lenguaje.

La relación entre la madre y el/la hija va a influir no sólo en las relaciones interpersonales sino también en la capacidad de respuesta ante los demás y la empatía.

De todo esto deriva la importancia de tener en cuenta esta relación entre madre e hij@ desde el primer minuto de vida del bebé porque influye en la construcción de su personalidad.

Por otra parte, no podemos olvidar la importante labor del padre en la consolidación de esta díada, hasta hace poco no se le ha dado importancia al padre en este proceso, pero es muy importante, si la madre se siente feliz, segura y apoyada o por el contrario ignorada y amenazada influirá en el bebé que va a nacer, los estudios del doctor Dennis Stoot de la universidad de Glasgow apoyan esta idea, estudió más de mil trescientos niños y sus familias y encontró que una mujer que tiene mala relación con su pareja tiene un riesgo 237 veces superior de tener un hij@ con problemas psicológicos o enfermo físicamente que una mujer que tenga una relación estable y segura con su pareja.

Viendo estos datos vemos la importancia de la presencia del padre en todo el proceso tanto en el parto como en el postparto como en la lactancia y en la crianza.

http://www.redesparalaciencia.com/1292/redes/2009/redes40-educacion-emocional-desde-el-utero-materno

El proceso del vínculo

Es de vital importancia la creación de un vínculo fuerte entre la madre y el/la recién nacid@ ,se da entre ell@s un proceso de enamoramiento, la naturaleza ha puesto todo de su parte para que dicho proceso se dé desde el primer minuto de vida del bebé, el encuentro, las miradas entre ell@s, la oxitocina…para que todo esto ocurra es necesario que la madre y el/la bebé estén junt@s, estamos biológicamente preparados para esto sea así porque el bebé necesita que su madre no quiera separarse de el/ella, acaba de llegar al mundo y no conoce nada más que el cuerpo de su mamá, acaba de terminar una gran labor, NACER, y ahora necesita el calor de su madre, a los pocos minutos ya está mamando, así se siente segur@ en el regazo de su madre.

Aunque el proceso no empieza aquí, sino que ya hemos visto que empieza dentro del útero, son de vital importancia las primeras horas después del parto, existen ya numerosos estudios que lo corroboran, los pediatras John Kenell y Marshall Klaus fueron pioneros en el estudio del vínculo y demostraron que las madres que se vinculan temprano tienen diferentes comportamientos y tres años después del nacimiento son madres más atentas, más entusiastas y sustentadoras.

El Dr. Thomas Verny y John Nelly en su libro “La vida secreta del niño antes de nacer”, exponen que Las evidencias disponibles señalan que existe un período específico, inmediatamente posterior al parto, en el que el vínculo o la falta de éste ejerce un efecto máximo en las madres y en los hijos.

Estos autores aseguran que el éxito de la lactancia depende en gran medida del vínculo, por otra parte, un vínculo adecuado le proporciona al niñ@ más seguridad y confianza en sí mism@, en definitiva son niñ@s más felices por otra parte influye en su maduración intelectual.

Por otra parte el proceso natural del establecimiento del vínculo también beneficia a la madre y previene la depresión postparto

¿De qué manera se puede fortalecer el vínculo?

Aunque las primeras horas son muy importantes, después también se puede fortalecer este vínculo. Para ello proponemos;

1. Contacto físico; es muy importante mantener el contacto físico con el bebé, el cuerpo de la madre es lo que conoce y le da seguridad, a veces lloran y lo que quieren es que les cojamos y no porque sea un vicio, sino porque se sienten mejor.

2. Lactancia materna; Ésta requiere tiempo y dedicación, es decir, que la mamá y la bebé van a pasar muchas horas mirándose a los ojos compartiendo sonrisas,en definitiva fomentando el enamoramiento del que hablábamos antes y ¿quien no quiere enamorarse? Es necesario que la madre se prepare desde el embarazo, para poder atajar las posibles dificultades que pudieran surgir y es muy interesante que se rodee de otras madres que están viviendo lo mismo que ella compartiendo experiencias.

No siempre que el/la bebé quiere mamar es porque tiene hambre muchas veces lo que quiere es sentirse cerca de la madre oyendo su corazón, sentirse amad@.

3. El colecho, compartir las horas de sueño junt@s ayuda en el proceso de la vinculación, sobre este punto hablaremos más extensamente más adelante.

4. Atendiendo su llanto, cuando un/una bebé llora es porque hay algo que no está bien, espera y necesita que su madre o su padre estén con él, hay que dejar de pensar que el niño es un manipulador que quiere que estén pendientes de él.

Según Lee Salk, director de psicología pediátrica del Hospital de Cornell de Nueva Cork:

“El niño pequeño, a cuyo llanto se responde ahora, más adelante será el niño lo bastante confiado para demostrar su independencia y curiosidad. Pero el niño al que se deja llorar puede desarrollar cierto sentido de aislamiento y desconfianza, puede volverse introvertido, apartándose del mundo que no responde a su llanto. Y más adelante en su vida, ese niño puede seguir enfrentándose al estrés tratando de desconectarse de la realidad”.

La falta de cariño y cuidados en los bebés afecta el desarrollo físico y psicológico. Un equipo de investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison encontraron diferencias en los niveles de dos hormonas (vasopresina y oxitoxina involucradas en la formación del apego y de las relaciones sociales), entre los niños criados con los padres y otros recluidos en orfelinatos. Estos últimos presentaban cantidades más bajas de estas hormonas, pese a que habían sido adoptados por familias con estabilidad, indicó el estudio. El trabajo ha sido publicado en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

La investigación sugiere que el amor maternal y paternal en los primeros años de vida es esencial en la formación de patrones cerebrales vinculados con el manejo del estrés y las relaciones sociales. De acuerdo con el estudio cuando existe contacto físico del bebé con su madre, se elevan los niveles de oxitocina, lo cual no ocurrió con los criados en orfelinatos.

En conclusión, es de vital importancia la creación de ese vínculo, hay que cuidar que se dé en los primeros minutos de vida, ya que esto repercute en gran medida en la salud emocional de la madre y de l@ recien nacid@.