Los conceptos limitantes
La visión objetiva de todo este proceso, de todo este sistema manipulante, de todo este auto-boicot hacia nosotros mismos que se ha creado. La visión objetiva es el elemento de conciencia y transmutación de estos conceptos limitantes.
La fuerza de los conceptos limitantes radica como base en una memoria celular, la cual mantiene una inercia de repetición automática ante el estímulo asociado, la fuerza de esa memoria depende de una profunda identificación con todo ese conjunto.
A este proceso de memoria, repetición e identificación, en su estado más global, lo llamamos personalidad, es decir la personalidad es un cúmulo de repeticiones, un conjunto de la memoria que reacciona de forma automática, a ese automatismo le podemos llamar amnesia o estado reflejo. Por mantener ese estatus quo de la personalidad hacemos cualquier esfuerzo titánico, y ese esfuerzo conlleva un gasto energético, con lo cual nuestro organismo está en un continuo déficit energético, muy lejos de despertar los poderes creativos latentes del ser humano. Las prácticas que nos van a ayudar en todos estos procesos suelen comenzar por una limpieza física previa a través de ciertos Shatkarmas clásicos en el Hatha Yoga. La conciencia sobre el cuerpo es fundamental para adentrarse en las prácticas de Kundalini, ya que sin esta conciencia es muy difícil llevar la atención y la energía de forma eficaz.
Estamos tan dependientes de estas asociaciones limitantes que el solo temor de deshacerse de una de ellas nos genera un sentimiento de muerte, desarraigo y vacío, como si realmente estuviéramos obligados a mantener ese estado de negación, como si realmente fuera vital el mantenerlo, hasta ese punto llega nuestra propia contradicción. Una vida vivida bajo los temores de un auto sometimiento.
Es necesario sobrepasar esa barrera, ese el límite ilusorio, esa sensación de necesidad vital imperiosa sin la cual tenemos la creencia ciega de que es imposible seguir viviendo.
A eso es a lo que hay que morir, pero la mayoría de las veces nos vemos sin herramientas, sin energía, confundidos, exhaustos, sin el poder de voluntad necesario para poder sobrepasar la barrera. La mente parece que está acorralada sobre sí misma, se ve sin posibilidad de salir sola de su propio Laberinto. Ha perdido la capacidad de auto observarse de forma clara lúcida y sin interferir.
Javier Mantecón
Panamá a 16 de Octubre 2016
